Apoyo del municipio de Charensat
Si no hacemos nada (o nada serio), vamos al caos climático. Pero no es demasiado tarde para actuar. Todavía es posible ponerse al día. Todavía es posible, en Europa y en todo el planeta, ir hacia el Factor 4: dividir en 4 nuestras emisiones de gases de efecto de invernadero para el 2050.
Para lograr esto, debemos simultáneamente consumir mucha menos energía (sobriedad y eficiencia) y romper con los combustibles fósiles (petróleo, carbón, etc.) mediante el desarrollo de energías renovables.
900,000 creaciones de trabajo en Francia. Más de 6 millones en Europa.
¿Dividir por 4 nuestras emisiones, a más tardar en 2050? El proyecto es colosal, pero invertir mucho en ahorro de energía y energías renovables podría generar « 900,000 creaciones de empleo en Francia » según las últimas previsiones de ADEME y más de 6 millones de empleos en toda Europa… Esta es una buena forma de reducir significativamente el desempleo y la precariedad. Una buena manera, por lo tanto, de reconciliar Europa con los ciudadanos.
Nadie puede dudar de la rentabilidad a medio plazo de la obra, porque la multiplicación de eventos climáticos extremos ya está causando miles de muertes cada año, millones de refugiados y gastos cada vez más pesados. El calentamiento global está causando no solo desastres naturales (sequía, olas de calor, inundaciones…) sino también hambrunas y desplazamientos mortales de población.
¿Qué pasará en 20, 30 o 40 años si cientos de millones de hombres y mujeres tienen que abandonar su tierra natal, que se ha vuelto inhabitable? En el mediano plazo, como todos sabemos, lo que está en juego es la Paz Mundial, si no somos capaces de reducir, drásticamente y muy rápidamente, nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.
No hay fatalidad. En todas nuestras regiones, ciudadanos, representantes electos, asociaciones y empresas ya están innovando y demostrando que es posible actuar contra el recalentamiento global.
Para las energías renovables, las soluciones no serán las mismas en todas partes (aquí desarrollaremos biomasa, haya energía solar, geotermia en otros lugares), pero en todas partes el efecto sobre el empleo será sentido. Estudios locales (como el estudio realizado por BIZI en el País Vasco) confirman el alto nivel de empleo anunciado por estudios más globales (CNRS o ADEME).
Para financiar este gran proyecto, el trabajo de Nicholas STERN y otros expertos convergen para mostrar que, además de las inversiones existentes, es necesario liberar, cada año, alrededor del 2% del PIB de cada uno de nuestros países para nuevas inversiones privadas y públicas.
Es cierto que estas inversiones serán rentables a largo plazo, pero ¿cómo « encender la bomba »? La transición climática plantea un problema formidable para nuestras finanzas públicas. Hemos visto en Alemania cómo la coalición entre la CDU, los Verdes y los Liberales no pudo financiar la salida del carbón.
¿Cómo financiar la transición energética en Europa y en los países del Sur? No hay una solución única, pero es necesario abrir dos debates fundamentales. El primero se refiere a la posible financiación a través de la creación de dinero. El segundo es la creación de una contribución climática sobre las ganancias no reinvertidas.